14 julio 2012

Menorca: Bienvenidos al Caribe español


Florencia me acompaña en este blog, como faro esplendoroso del arte y la cultura que iluminó el Renacimiento italiano, desde que hace unos años inicié este camino para compartir inquietudes sobre cine y actualidad. Realidad y Ficción, desde estas vacaciones en que he visitado Menorca, pretende tener otro motor: los viajes.

La isla, gracias a que el 60% de su territorio está protegido, presenta maravillosas
calas vírgenes que no han sido atacadas por el "pelotazo urbanistico" del resto de
nuestras costas.

Una de las favoritas es CALA TURQUETA, sin duda una imagen nos describirá esas
aguas cristalinas, color azul turquesa. El acceso es para amantes al senderismo o para
los que se animan y realizan una excursión marítima (algunos catamaranes se aproximan sigilosos y despliegan una escalinata sobre un acantilado cercano, el precio unos cuarenta euros).
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También merece la pena, Macarelleta, que comenzó siendo un lugar de nudistas.


Otras han sido urbanizadas, como Cala Galdana, que sirve de resorte a la afluencia turística de la isla. Cala Galdana o Cala Santa Galdana, es la segunda más grande, con 264 metros de playa, rodeada de pinos, higueras y frutos silvestres que perfuman los paseos al atardecer. Recomendable el Hotel Cala Galdana y muy próximo al hotel el restaurante Cala Mitjana.

En algunas poblaciones como San Luis quedan huellas casi inapreciables de la ocupación francesa durante siete años. En la capital, Mahón, son palpables las huellas de la colonización británica durante 70 años, desde 1708, durante la guerra de Sucesión española. En 1782, durante el reinado de Carlos III, ¡¡menos mal¡¡, una intervención militar ideada por el Conde de Floridablanca conseguimos recuperarla. Con la recuperación de la isla un 6 de enero, se instauró la fiesta de la Pascua Militar.




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